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La taza de té...

Hola!!! les voy a contar una antigua leyenda, que aplica a mi posteo del día de hoy.

Había una vez..., cierto instructor de zen muy famoso y que gozaba de gran prestigio en la ciudad. El instructor queriendo aún mayor fama y prestigio del que ya gozaba, fue a visitar a un viejo maestro al que consideraba ya algo desfasado, pero aun así fue a visitarlo porque esto a los ojos de los demás, le daría mayor prestigio, y para usar un término actual "marketearse", era lo que realmente buscaba este joven al visitar al anciano maestro. Mientras llegaba a la choza del anciano, Nan-in, un maestro Japonés de la era Meiji (1868-1912), el joven y prestigioso instructor pensaba..., "que más podría enseñarme este anciano que yo ya no supiera..." ??? pero igualmente fue. Y así llegado el encuentro del anciano con el joven y prestigioso instructor. El anciano lo invitó a tomar el té, frente a lo cual el joven instructor accedió. El joven se sentó a la mesa pensando en la gran cantidad de títulos y méritos ganados en su vida. El anciano llegó con la tetera de té y empezó a servirle el té al joven instructor ensimismado en sus glorias, cuando el té empezó a rebalsar la taza y el maestro seguí sirviendo, frente a esto el joven pensó que el anciano ya estaba senil y en actitud autosuficiente, orgullosa,  arrogante y sarcástica reprendió al maestro por su aparente torpeza: " maestro, que no ve que el té se está rebalsando de la taza?" ¡Esta rebosando! ¡No cabe nada más!


El maestro – dijo Nan-in – con voz pausada y amable de corazón repuso: Al igual que esta taza, usted esta lleno de sus propias opiniones e ideas. ¿Cómo le voy a enseñar Zen si no vacía primero su taza? "

Moraleja: Sólo cuando vacíes tu taza podrás recibir nuevas enseñanzas. Mientras tu taza permanezca llena de vanidad, orgullo, autosuficiencia", no será posible..."

Hasta la próxima!


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