El miedo, desde la mirada del coach ontológico, es una emoción.
Desde la mirada de la psicología transpersonal, que une la visión de Oriente y occidente, el miedo puede ser funcional o disfuncional.
El miedo funcional, es el temerle a algo, es una respuesta sana cuando esto obedezca a una señal de alarma de algo REAL, cuya amenaza no estamos en condiciones de afrontar con los recursos que tenemos. Entonces algunas actividades asertivas serian evitar, retroceder, retirarse, aquietarse, tener una prudencia lucida. Este sería un buen trabajo sensato y saludable, pues somos responsables de cuidarnos a nosotros mismos.
Podemos decir entonces que es una respuesta instintiva arraigada en nuestra búsqueda de la auto preservación. Es el sistema biológico de advertencia que se activa automáticamente cuando sentimos una amenaza de ataque potencial, ya sea en la calle o en cualquier lugar. esta amenaza alerta nuestros sentidos y libera una variedad de cambios bioquímicos que preparan al cuerpo y la mente para huir, luchar o "aliarse". Este tipo de miedo lo manifiestan mucho los animales.
El miedo disfuncional, por otra parte, es el que la mayoría tiene en estos tiempos y este miedo contamina nuestro diario vivir. Muchas veces ni siquiera existe, sino que si bien lo sentimos es imaginario. Y nuestras respuestas a esa sensación pueden ser hasta exageradas.
Este miedo disfuncional en un sentido se toma como la separación de nuestro ego. Y en realidad, no es más que una proyección que hace nuestro ego y que como respuesta hace que nuestra mente se sienta vulnerable y no aceptada. Esta es la razón por la cual los antiguos sabios de la India enseñaban que el miedo nace de la dualidad. Cuando los seres humanos piensan que están separados del universo, del espíritu, de Dios o cualquier otro nombre que prefieras darle a este campo infinito de potencialidad pura, inmediatamente sienten miedo de lo que pudiera sucederles.
Realmente, la razón por la cual tenemos miedo a lo desconocido, a ser juzgados, al fracaso, al no ser amados, a la intimidad, a la vergüenza, a perder el control, al abandono, a la pérdida, al rechazo, al no encajar, a estar solos, a expresar nuestros verdaderos pensamientos y sentimientos y muchísimas cosas más, no es más que, que cuando nos identificamos equivocadamente con nuestro limitado ego. Cuando nos conocemos a nosotros mismos, y reconocemos que somos uno con toda la existencia, entonces nada es independiente o ajeno a nuestra naturaleza, y todos nuestros miedos no saludables se disuelven.
Liberarnos de nuestros miedos disfuncionales es posible y real. El trabajo está en usar distintas formas para aprender a amarnos e ir soltándonos suavemente de las garras de los miedos de nuestro ego, el cual nos mantiene atrapados en la infelicidad, y expandir la conciencia de nuestra verdadera naturaleza, la cual es infinita, plena y sin límites.
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